Entre-vistas Lij

Presentaciones Lij

-->Encuentro entre el autor, su obra y los mediadores… Dos espacios dedicados a la literatura infantil, la Asociación EDELIJ y el taller TutúMarambá, se sumergieron en los libros de Ricardo Mariño y organizaron, de la mano de Alfaguara, un encuentro entre el autor y los mediadores de la lectura. La resultante fue una entrevista abierta, en la que el autor habló de los elementos del absurdo en sus cuentos, de su relación con la crítica literaria, entre otros temas. El encuentro tuvo lugar en la Biblioteca Pública Gral. San Martín (Mendoza), con un público ameno y expectante.




He aquí la presentación al autor… 
¿Existe un gentilicio para los nacidos en Chivilcoy? Chivilcoyino, chivilcoyense, chivilcoyano... El caso es que por gentileza de Alfaguara tenemos aquí con nosotros a Ricardo Mariño que viene con sello de allá, del centro este de la provincia de Buenos Aires. Nos toca acá presentarlo y entonces pensamos en algo desacartonado, a tono con su literatura falta de apresto y de almidón. En este Viaje Submariño en el que ya estamos sumergidos, se nos ocurrió bucear en lo que él dice de él mismo. Y entonces encontramos en una edición de Cuentos Ridículos esta autobiografía que describe –a nuestro entender- el espíritu de sus textos. “Mi infancia transcurrió cuando todavía era un niño, y menos mal porque de grande no lo hubiera soportado. A tu edad, lector, yo era un niño del tipo que actualmente le tengo prohibido a mi hijo: tímido, obediente, medio abanderado, propenso a sonrojarse, sonriente con las señoras del barrio por estúpidas que fueran, sensato, esquivo a las golosinas y las tortas en casas ajenas. Encima me enamoraba de chicas rubias, bellísimas, llamadas Silvia. La primera fue mi compañerita de banco y cierta vez me dijo que ocupaba el puesto número once en sus preferencias. Fue mi mejor performance con ella. Superé esa desdicha al enamorarme de otra Silvia. En este caso arranqué en un puesto menos prometedor -pongámosle 16 ó 43- y a medida que insistí con mis acercamientos fui perdiendo posiciones. En fin, cómo no iba a quedar marcada mi vida por las clasificaciones, cómo no iba a luchar después -ya disparada la vocación literaria- hasta encaramarme entre los mejores 50 escritores de Chivilcoy. Empecé a escribir a los 16 y ya nadie tuvo la delicadeza de pedirme que pare. Escribí libros con mares, con inventores, con Silvias, con eulatos, con casas malditas y aún con títulos como “Cuentos espantosos” o “Cuentos ridículos”, para que nadie piense que el mío es un caso de inconsciencia”. Hasta acá las palabras de Ricardo…. En pos de la frescura de este encuentro, también quisimos evitarle la pregunta recurrente que debe haber respondido por enésima vez cuando visita una escuela: ¿A qué hora escribe, a qué hora se inspira? Y otras preguntas como esas… Entonces encontramos en una nota publicada acá en Mendoza que siempre tuvo como objetivo ser escritor y todo lo demás le daba lo mismo. A los 19 se fue a vivir con unos amigos a Buenos Aires, cuenta. “Todos escribíamos. Entonces agarrábamos trabajos de pintura, venta de libros casa por casa, cualquier cosa. La idea era no trabajar demasiado y escribir. Hasta que en un momento trabajé seis años como periodista en una agencia de noticias que ya no está. En DAN, Distribuidora Argentina de Noticias, una especie de agencia relacionada con países socialistas. Hacíamos la traducción de los materiales que nos llegaban de agencias de Cuba, Checoslovaquia, Rusia, para los medios argentinos. Siempre concebí al trabajo como el medio para juntar la cantidad de plata que necesitaba para tener mucho tiempo para escribir. De manera que nunca tuve mucho trabajo. O me buscaba trabajos como el de Entel, por ejemplo, y pedía el turno de la noche, ¡que era una beca!, y ahí leía, escribía. Ahora hará diez años que sólo escribo”, decía en 2004. Con una radiografía que nos permite el bosquejo, para completar lo protocolar quedaría el tema de los premios. Hasta donde conocemos ha ganado dos premios Kónex por el reconocimiento a su trabajo en literatura infantil. También su libro Cuentos Ridículos , recibió el Primer Premio Casa de las Américas, 1988. El árbol de las varitas mágicas (cuento), recibió mención en un concurso literario. Cuentos ridículos y El sapo más lindo del mundo fueron incluido en la lista de Recomendación de IBBY internacional. Ha recibidos Mención especial en el Concurso de Mundial de Literatura Infantil de Costa Rica. Ha sido finalista del Concurso Latinoamericano de Literatura Juvenil de Fundalectura y Editorial Norma de Colombia, 1996. El libro Cuentos espantosos, fue incluido en los Recomendados de Fundalectura (Colombia). Y seguramente habrán más… Restaría decir que tiene más de 60 libros publicados, para seguir entonces buceando en su Literatura. Y luego de la presentación, en patas de rana, antiparras y soplando burbujas, dimos comienzo a la charla con el escritor.

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