Entre-vistas Lij

Reproducimos la entrevista que EDELIJ (E) hizo a Gonzalo Oyarzún (G.O.), director de la Biblioteca de Santiago de Chile, en el marco del CILELIJ (Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil) realizado en Santiago, en Febrero de 2010 (*)



La Biblioteca de Santiago: una plaza pública, a puertas cerradas…

E: ¿Desde dónde toman la concepción de Biblioteca abierta, que sale a la calle a buscar al lector, al ciudadano?

G.O.:
Nosotros no usamos el concepto de ciudadano porque el ciudadano en Chile es el que nació en Chile, es el mayor de 18 años, es el que no ha estado preso más de tres años y un día. En fin, quedan excluidos los argentinos, los peruanos, los colombianos,… y quedan excluidos los niños, porque ellos no tienen derechos ciudadanos… Entonces, ¿cómo nace la concepción de la Biblioteca? Nace de una historia bien antigua, que parte más o menos en el año 93´ cuando una señora que se llama Clara Butnik se hace cargo de la Subdirección de Bibliotecas Públicas y comienza un proceso de transformación que partió, más que reflexionando, mucho más que parándose y poniéndose a pensar cómo tendrían que ser las cosas, sino desde el hacer cosas. Y ahí se crean, por ejemplo, los primeros rincones infantiles; copiando de las buenas prácticas de España, de Colombia, de Estados Unidos, de Francia… sobre todo de Finlandia, donde están las mejores Bibliotecas Públicas.

E: O sea que hubo un trabajo de explorar qué había…

G.O.: Bueno, ella traía experiencias de varias partes del mundo y comenzó a instalarlas… y ahí se instaló el primer Biblio Bus de Bibliotecas Públicas que hay en una localidad rural.. en Coyhaique, en la Patagonia chilena. Luego de eso se instalaron las Cajas Viajeras. Las cajas viajeras surgieron mirando a Colombia; tal cual ellos lo hacían nosotros hicimos lo mismo. Luego vinieron proyectos más innovadores, por ejemplo, el Biblio-metro. En un principio se instalaron 4 Biblio-metros en el Metro de Santiago. Y hoy en día, cuando termine el año 2010 van a haber 30. Se crearon 10 este año, se van a crear 10 el próximo año y ya existían 10 de años anteriores. Todas las estaciones de metro: una cosa inaudita que es que tu puedas pedir un libro en una estación de metro y devolverlo en otra, en fin.

E: ¿Eso no lleva atrás como todo una formación del lector? ¿O se animaron a hacerlo sin esa preparación…?

G.O.:
La verdad es que fue toda una apuesta. Una apuesta porque todo el mundo desconfió, todos decían que se iban a robar los libros. Pero nosotros creemos que las bibliotecas son lugares aburridos, son lugares solemnes, son lugares para gente inteligente que lee y que por lo tanto una gran mayoría de gente no va a las bibliotecas. Y entonces, ¿dónde, cómo hacemos para entregarles a la gente los libros? Haciéndoles saber, notar que los libros no son malos, ni muerden, ni son para gente inteligente sino para gente tonta como nosotros (risas). La propuesta fue entonces poner los libros al alcance de todos en lugares de tránsito.
Y luego creamos, el 10 de agosto de 2001, el primer Casero del Libro, que son puntos de préstamo de libros en las Ferias, en los Mercados Callejeros. Nosotros los lanzamos y hoy en día están en todas las regiones de Chile, funcionando muy bien. En el año 2003 postulamos un proyecto con la IFLA (1) e instalamos ese proyecto en Perú, Bolivia, Brasil y Argentina, en Córdoba. En Córdoba, en el año 2008, ese proyecto fue considerado el proyecto más importante de lectura comunitaria de Argentina. Y me pasó que estaba en una exposición en Colombia y quise averiguar cómo había sido esto del premio Vivalectura y entré en Internet a buscar el Casero del Libro y me encontré que está en Honduras, en Guatemala, en México y ¡ya!… ¡¡se nos fue de las manos!!,. A mi me encanta contar sobre este proyecto porque antes de aplicarlo hicimos una prueba piloto que fue un fracaso, entonces vimos qué cosas habíamos hecho mal: la selección de libros, la selección de la Feria había sido inadecuada…

E: ¿Y por qué se llama Casero del libro?

G.O.: Porque a la gente que vende en los puestos ambulantes se les llama Casero, el que vende papa se llama casero de las papas, el que vende pescados se llama casero de los pescados... y entonces apareció la figura del Casero del libro…Igualmente todo esto tiene también orígenes anteriores, porque insisto la gente cree que los bibliotecarios, los profesores o quienes están al frente de bibliotecas son muy inteligentes y sabemos qué libros quiere la gente y se lo ponemos ahí…

E: Sobre eso estábamos por preguntarte, porque vos decís que fallaron en la selección…

G.O.:
Ahí fallamos en el trabajo con la comunidad, con la Feria específicamente. Luego al año siguiente, en el 2001 –la experiencia piloto había sido en el 2000-, cuando lo inauguramos realmente fue un éxito… y funciona hasta el día de hoy.

E: ¿Y qué pensás que pasó?

G.O.:
Pasaron varias cosas. Trabajamos con los feriantes: que ellos fueran los que separaran y seleccionaran los libros e involucraran a la comunidad en el proyecto. Y esto tiene origen en un trabajo que empezamos en el año 96, que se llama Sistema de Gestión Participativa. Las bibliotecas ya no eran sólo administradas o dirigidas por su director o su bibliotecaria sino que tenían que tener un grupo de amigos, tenían que preguntar a la comunidad qué libros querían tener en su biblioteca, y no solamente eso… la comunidad podía armar sus propios proyectos!

E: Y hoy funciona así…

G.O.:
Sí.

E: ¿Y qué libros elegían? ¿Alguno por ejemplo que te acuerdes, que vos no hubieses pensado escoger, o alguna anécdota?

G.O:
Tiene que ver más que con un título en especial con la necesidad puntual de la región. Por ejemplo, todo el desarrollo de libros para ciegos en Copiapó, en la III Región de Chile. Uno pensaría por defecto que no hay tantas personas que necesiten libros en Braile. Pues no, fue el grupo de amigos de la Biblioteca de Copiapó que armó un proyecto para discapacitados visuales y lo montó y ahí está. Con el mismo principio nosotros antes de inaugurar la Biblioteca de Santiago hicimos un diagnóstico socio-cultural del entorno, un entorno muy grande de alrededor de 2 millones de personas. Personalmente me entrevisté con 146 organizaciones sociales, estamos hablando de centros de alumnos, centros de padres, juntas de vecinos, club de adultos mayores, sindicatos, asociaciones gremiales, clubes deportivos…Queríamos saber cómo se imaginaban ellos las bibliotecas, cómo creían que tenía que ser el espacio, etc. De esa exploración salieron cosas muy interesantes que nosotros tomamos antes de inaugurar la biblioteca.

E: ¿Como por ejemplo?

G.O.:
Que los vigilantes no tenían que andar uniformados de vigilantes sino tenían que andar de civil, porque evidentemente siempre hay delincuencia pero los que van a robar son dos o tres y nosotros recibimos alrededor de 4000 visitas diarias y por dos o tres no vas a montar la policía dentro de tu biblioteca. Esto reafirma, como lo pensamos en el año 96 con el sistema de gestión participativa, que todo el mundo sabe más de bibliotecas que todos nosotros. Ahora bien, son los técnicos, los bibliotecarios, los que tienen que dar cuerpo a todo eso, pero tienen que preguntarle a la gente, la gente sabe que es lo que quiere.

E: Y en función de esta consulta a la gente la biblioteca tiene una sección específica de lectura infantil. ¿Qué característica tienen estas dos salas?

G.O:
La Biblioteca tiene una Sala para niños de 0 a 8 años -digo 0 porque tienen hasta mudadores para cambiar los pañales- y esa es la sala para los no lectores. Ahí no nos interesa que los niños vayan a leer nada. Queremos que vayan a pasarla bien, que vayan a reírse, que vayan a pintar, a correr, que jueguen con los libros, que vayan con los padres, que sea una plaza pública, a puertas cerradas…

E: Y a nivel infraestructura, ¿cómo logran dar cuenta de eso? ¿cómo es la sala?

G.O.:
Tiene 500 m2, con los libros que están frontales y no de lado, es decir, que invita a verlos. Es una sala ruidosa. Y si no hay ruido nosotros ponemos ruido: con unos tubos gigantes que están especialmente hechos para esto, ponemos ruidos de pájaros, de lo que sea… para que los niños tengan que levantar la voz y desacralizar el espacio. Luego, hoy en día hay un programa de televisión que está dando vuelta con animaciones hechas a partir de objetos de artesanías folklóricas. Y luego hay un cuentacuentos contando en voz alta y haciendo participar a los niños. Eso es la sala infantil!

Por otro lado, la Biblioteca cuenta con la Sala Juvenil que está en el piso de arriba. Y ahí la prioridad son los comics y algunos libros álbum para adultos, para chicos más grandes.

Arriba de la Sala Juvenil está la Sala de Colecciones Generales y del otro lado la Sala de Literatura. Esas salas sí son silenciosas pero en toda la biblioteca tu no vas a encontrar ninguna señalética de prohibición. Fumar es ilegal en cualquier edificio público en Chile, pero en la Biblioteca se pude hablar, hablar en voz alta, se puede comer, se puede tomar bebida, hablar por celular en todas las salas, incluida la Sala “Más 18” donde está toda la colección de libros eróticos y comics para adultos. Se puede hacer todo lo antes dicho, queremos y nos gusta que sea así.

E: ¿Y no se queja la gente?

G.O.:
No, porque hemos apostado más a la educación que a la prohibición. Es una filosofía distinta, ya tuvimos suficientes años de prohibición en Chile entonces nosotros apostamos a la educación. Si tú vas son salas absolutamente silenciosas, no vuela una mosca en esas salas, e insisto, no hay señalética.

E: ¿Tuvieron alguna experiencia particular o peculiar con algún libro controvertido, con algún padre?

G.O.:
No, porque nosotros inventamos la sala “Más 18” exactamente para eso. Ahí no hay prohibición para que entren los menores. Si entra un chico le decimos “No aquí no hay libros para chicos, estos son libros para mayores”.

E: Pero hay libros para chicos con los cuales muchos padres tal vez no estarían de acuerdo que se les lean a sus chicos. ¿No tuvieron ninguna queja de un chico que se llevó a su casa un libro en préstamo y que en casa no gustó? La pregunta viene porque muchos docentes se privan de leer ciertos libros por temor a la repercusión que pude tener en las casas… ¿tienen alguna experiencia al respecto, con la gran cantidad de chicos que visita la biblioteca?

G.O.:
Si estamos hablando de más de 4000 visitas diarias, más del 60% son jóvenes o sea menores de18. Y niños son muchos, recibimos todos los días por lo menos 3 ó 4 colegios en un programa que tenemos Mochila Mágica. Con este programa de la Mochila Mágica -y de ahí respondo a la pregunta- más que contar cuentos lo que tratamos de hacer es dejar instalado el cuento en la escuela. Yo en lo personal tengo muy mala opinión de lo que sucede en la escuela con los libros y la literatura, porque si hay algo que destruye el gusto por la lectura es la escuela. Si te obligan a leer un libro, y generalmente muy malo, no te dan ganas de seguir leyendo. Yo no quiero leer un libro que no me dice nada de mi época ¿por qué tengo que leer las novelas ejemplares de Cervantes y no leer a Cortázar? A mi me hace mucho más sentido Cortázar... Luego si uno aprende a leer eso puedo leer lo otro, pero no al revés.

Como les contaba, la Mochila Mágica lo que hace es invitar, por ejemplo, un jardín de infantes de niños entre 3 y 5 años, o sea no lectores y que no nos interesa que lean. Van, por ejemplo, un día martes y la primera actividad es la de cuentacuentos: viene alguien de la sala, les cuenta un cuento y después hacen una actividad (dibujan, pintan, recortan). Luego la gente de las biblioteca les selecciona una cantidad de libros, se los hecha en la mochila y se van a la escuela. Y en la escuela pueden leer esos libros y lo pueden llevar a su casa también. Al martes siguiente vuelven estos mismos chicos y se les cuenta un cuento y se hace otra activad. Esta vez los libros que van a llevar se seleccionan con las profesoras; libros diferentes a los que ya llevaron. A la semana siguiente, se les vuelve a contar un cuento y los libros se seleccionan con las profesoras y también con los niños. La última semana quienes cuentan el cuento son las profesoras y quienes selecciona los libros son los chicos. Se llevan los libros y los mandan de vuelta. Entonces dejan instalado en la escuela una forma de leer que no se da en la escuela, porque cuando tienes que leer tienes que saber cuál es el personaje principal, cuál es la trama…¡NO! Cuando se lee un cuento es “¿cómo te sentís? ¿Te ha pasado eso alguna vez? ¿Cuéntame lo que te pasó a ti”…

Porque cuando nosotros leemos -cuando leemos a Neruda, a Benedetti, a García Márquez, a Cortázar…-, leemos porque nos gusta, porque nos entretiene y nadie pretende ni entender el personaje principal, ni el secundario, ni adquirir más vocabulario… es gratis, lo estoy pasando bien, yo vine a pasarlo bien.

E: ¿Y a ninguna maestra le molestó algo que se haya marcado o algo que se haya leído?

G.O.:
No, alguna lectura puede haber causado una cierta conmoción pero no dijeron nada porque no les pedimos cuenta a los chicos de qué es lo que leyeron, simplemente pasaron un buen momento.

Yo desconfío profundamente en el fomento de la lectura, de que las acciones de fomento sirven para algo. O sea, que alguien me demuestre que leer un cuento fomenta la lectura. Muéstrame un indicador que me diga cuántos de entre esos chicos se transformaron en lectores porque tu leíste un cuento…

E: Pero entonces, ¿por qué eligen que alguien de la sala narre cuando llegan los chicos?

G.O.:
Porque por eso pensamos el programas de la Mochila Mágica, porque hay una continuidad y esos chicos pueden volver otra vez en el año, ese programa se lleva adelante entre marzo y enero, todos los días. Contamos cuentos para mostrar que leer un cuento puede ser algo entretenido.

E: ¿Y no pensás que eso fomenta la lectura?

G.O.:
¡Obvio que sí! (risas). Pero yo lo que creo es que eso no está comprobado y por eso estamos desarrollando indicadores de la lectura.

E: ¿Tienen algún proyecto con padres?

G.O.:
Sí, tenemos varias cosas. Primero la sala infantil no es una guardería infantil y por lo tanto si van niños tienen que ir con sus padres. Niños solos van igual, hay muchos niños de la calle que van ya que está permitida la entrada, pero no nos queremos transformar en una guardería infantil.

Luego en la sala infantil hay también libros para padres. Y los padres se entretienen leyendo esos libros.

Luego hay un programa sobre la lectura antes de nacer. Cuando llega la madre embarazada se le cuenta un cuento a la barriga. Y si está con la pareja o la madre se anima para que le cuenten un cuento al bebe que está por nacer.

E: ¿Hay alguna formación específica de los bibliotecarios en LIJ?

G.O.:
No tenemos sólo bibliotecarios. La jefa de la Sala Infantil es una profesora de educación parvularia (2) que siempre ha trabajado en biblioteca. Luego tenemos profesores, una actriz y, además, bibliotecarios.

E: ¿Y cómo seleccionan qué libros infantiles incluir en la sala? ¿Todo lo que les llega? ¿Recomendados?

G.O.:
Hay varias formas. Nosotras hasta ahora, afortunadamente, tenemos un muy buen presupuesto y podemos comprar muchos libros. En la Sala Infantil deben haber unos 30.000 libros. Podemos darnos el lujo de tener todo lo que hay en el mercado y de lo que llega de afuera.

E: ¿Tienen alguna sección de recomendados?

G.O.:
Si. Tenemos una sección que se llama la guaguateca, una zona que está cerca de la entrada. Los libros están separados por áreas temáticas. En sala infantil están, por ejemplo, el área de Animales, animalotes…

E: Pero, ¿cómo eligen cuáles recomendar?

G.O.:
Generalmente ponemos las novedades, lo que acaba de llegar. En el tema de selección hay cosas objetivas. Nosotros en la sala para mayores le preguntamos a los chicos, hay un comité para selección. Pero para los más chicos tratamos de comprar todo.

Lo que me pasa es que no me gusta la literatura escolar y en la sala infantil no hay literatura escolar, en la juvenil hay algo … ¡es que para eso está la escuela!

E: Hay una concepción de Biblioteca, que prevalece muchísimo todavía, y es la que entiende a la Biblioteca como un lugar a donde se va para hacer la tarea y a consultar libros de información…

G.O.:
Las Salas Infantil y Juvenil no sirven para eso, sí sirven otras salas. La maestra que manda a su chico a hacer la tarea tiene que ir a la Sala de Colecciones Generales, Prensa y Referencia. En este punto nosotros adoptamos la filosofía de la IFLA que dice que hay que ´desescolarizar´ la biblioteca pública y ´lecturizar´ la biblioteca escolar. Nosotros decimos que “echamos a los estudiantes de la biblioteca e invitamos a los niños a leer”.

E: ¿Tuvieron resistencia a eso?

G.O.:
La gente se fascina con eso, alucina porque igual la gente, de todas maneras, viene a la Biblioteca a hacer las tareas porque en su casa no tienen libros, no tienen computadores. Y tú vas a ver durante el período escolar que está lleno de escolares, lleno, repleto, pero que van no solamente a hacer las tareas sino también a leer, a buscar novias…

Es que a nosotros nos interesa mucho más que construir una biblioteca pública nos interesa construir un espacio público. La plaza pública por excelencia hoy en día es el shopping o centro comercial, como ellos son el espacio de ocio comercial por excelencia, nosotros apostamos a ser el espacio de ocio cultural por excelencia.

E: ¿Cómo hacer para respetar que el chico lea lo que quiera y a su vez poder darle a conocer cosas nuevas que tal vez, sin la mediación de un lector más experto o que conoce más variedad de libros, no llegaría a conocer? ¿Cómo manejan este equilibrio?

G.O.:
Cuando uno realmente ama lo que hace, si amas los libros para niños y te gusta tu trabajo de profesor, de bibliotecario, de maestro, eso se va a notar. O sea tú no necesitas seducir si tú ya estás seducido, porque a ti te tiene que gustar y si no te gusta, déjalo, cambia a otra cosa.

E: Pero, un ejemplo, a mi (Verónica) me encanta Harry Potter sin embargo un chico que sólo lee Harry Potter y relee por sexta vez todos los volúmenes a mí me da muchísima ganas de ir y ofrecerle un puente hacia otros mundos, para que pueda abrirse…entonces en ese sentido el mediador.. Cómo hacer?

G.O.:
Ahí hay un rol del mediador muy fuerte. Pero ahí yo creo que el fenómeno de Harry Potter es un poco distinto, porque ahí está el fenómeno de fans más que el fenómeno del gusto por la lectura.

E: Sí, pero sin embargo el que leyó los 7 volúmenes leyó mucho y es un lector en potencia para otras cosas, en ese sentido digo de poder mostrarle otros mundos. Tal vez accedió gracias a este fanatismo…

G.O.:
Pero ¿no les ha pasado a ustedes que cuando leen una novela muy potente, el siguiente libro cuesta leer porque acabas de quedar viudo del último libro?

E: Por eso justamente hay una cosa de respeto hacia el lector y sus propias elecciones, ¿no?

G.O.:
Hay un tema de tiempos, pero también hay un tema de poder tener múltiples lecturas. A mí no me gusta Harry Potter nada, pero sí entiendo que a alguien de la sala juvenil tiene que gustarle, sobre todo tiene que entender las claves que hay ahí para poder decirle “Mira, ¿viste este otro libro? ”

E: En ese “VISTE”, está ese papel al que nos referismo, ¿no te parece?

G.O.:
¡Pero por supuesto, claro que sí! “Viste este del Señor de los Anillos o leamos juntos un poco”…

E: Y ese trabajo personalizado ¿está presente en la biblioteca? ¿Cómo hacer para lograr estas relaciones con tanta gente que va?

G.O.:
Se hace, porque en general hay usuarios que van todos los días y este espacio les cambió la vida. A nuestros usuarios los conocemos con nombre y apellido y conversamos con ellos. Luego no solamente somos nosotros los que recomendamos, son también nuestros usuarios los que recomiendan a otros. En la sala infantil nos sucede que han ido profesoras de parvulario a una visita guiada y de pronto se nos han quedado tres meses trabajando porque encuentran que el trabajo que estamos haciendo ahí es súper potente y a ellas les sirve un montón ir un par de horas al día y trabajar como voluntarias durante 3 o 4 meses, y ellas son las que a su vez recomiendan.

Yo creo que la mejor manera de recomendar es a los padres. El trabajo que se tiene que hacer es con los padres, no con los niños. Los niños lo tienen que pasar bien, tienen que sentirse libres, dejarlos vivir, no tanto “NO TOQUEN, NO HABLEN, NO GRITEN”… dejarlos que se tomen una bebida, que lo pasen increíble…

E: ¡Gracias Gonzalo! Ha sido un gusto charlar con vos…

G.O.:
¡El gusto ha sido mío! Nos vemos mañana en el congreso y ¡las espero en la biblioteca!

E: ¡Allí estaremos!

(*) La entrevista fue realizada el día antes del terremoto que sacudió al pueblo Chileno (26/02/2010)

(1) IFLA: International Federation for Library Associations (www.ifla.org) Federación Interancional para Asociaciones de Bibliotecas

(2) Educación Nivel Inicial

1 comentario:

Lola dijo...

estimulante entrevista y muchas acciones para tomar, gracias por compartirla en este espacio.
un saludos,
Lola
Bibliotecaria Nacional